lunes, 11 de junio de 2012

Entrevista a Julio Montero Borges


Profesión: Sicólogo Clínico - Essalud


Egresado UNMSM (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)


Tema: La Violencia contra la Mujer


Por: Eduardo Coz y Omar Proaño



La violencia contra la mujer no es un problema reciente;  ha existido desde siempre, pero gracias a los medios de comunicación e información inmediata se ha hecho más evidente, objetiva y de interés público.   Este es un problema más del machismo, de la cultura y de nuestra realidad peruana, en la que el hombre asume un rol de poder sobre la mujer y quiere demostrar dominación sobre ella. A través de la agresión, el hombre muestra su poder. Esta es una característica típica de un perfil machista, que la sociedad peruana tiene definitivamente.


¿La violencia contra la mujer es un problema de hoy?


Siempre ha existido. Ahora se muestra con mayor incidencia, como si hubiese aumentado el problema de violencia, pero no es que se haya agrandado. Ahora solo se apunta a estos aspectos de violencia y se investiga más los elementos.

 ¿Cuál es el avance, entonces, con respecto al tema?


El perfil de violencia, años atrás, era bajo y más aceptado por la sociedad. El hombre podía pegarle a la mujer así de simple y sencillo, sin embargo, la globalización y el proceso de desarrollo hacen que nuestro perfil de aprendizaje y observación se dé cuenta que no es normal que hayan agresiones que queden impunes. Actualmente, por citar un ejemplo (y no por tener nada en contra de la institución), tenemos un problema con la PNP. Una mujer acude a sentar una denuncia  con el ojo morado y no le prestan atención ni la toman en consideración. Esta tiene que ir con un puñal en el pecho o con tres balazos, casi muerta, para que le hagan caso. Son comunes estas denuncias y están a la orden del día en una sociedad como la nuestra.

 ¿Tienen que pasar 24 horas para que se tomen cartas en el asunto?


Sé también de casos que involucra a una cuestión normativa o legal. La mujer denuncia el hecho de maltrato; pero ese mismo día quita la denuncia y resuelto el asunto. Ella tiene la potestad de anular la denuncia porque al día siguiente se le paso la cólera o vienen las disculpas, el perdón y se acabó. Es un fenómeno muy natural dentro de las instituciones, avalado por las mismas que lo ven como un bien común, porque es difícil que pase a niveles serios o penales: como en casos de mujeres quemadas o acuchilladas expuestas en televisión.

 La población misma toma la justicia por sus propios medios porque el Estado no toma cartas en el asunto.


Hemos tenido que llegar a esos extremos donde estos hechos se hacen públicos a través de la prensa. Y la gente le da mucha más acogida, por la forma en que los periodistas le dan el tratamiento como gran noticia, pero este problema es  algo que siempre existió; sino que recién ahora se está tomando conciencia. Ahora hasta ha salido una ley que para mí es una más de las miles y miles que no se cumplen.

 Dígame, ¿usted ve casos de esta índole?


Sí, vemos casos de ese tipo. El primer paso a seguir en caso de pacientes, con este problema, es poner una denuncia. No hay una recomendación u orientación adecuada a otro paso, si es que no hay la denuncia respectiva, pues debemos apuntar a una realidad. Salen de la consulta, las reconciliaciones se dan sea por su situación económica, la pareja no tiene como alimentarse, depende de la persona y no la puede dejar porque se pregunta: “¿qué hago?, ¿quién le da de comer a mis hijos?”.

 Y por este motivo la mujer llega a aceptar el maltrato.


Se dice que es una de las causas por las cuales aceptan la violencia. Otro aspecto muy importante, por ejemplo,  es la dependencia de la mujer hacia el hombre en lo material y en lo emocional. Es por ello que acepta lo que implique esta dominación de parte de la pareja. Es una relación, si lo vemos sicológicamente, un poco sadomasoquista: “vivo con el dolor, me gusta el dolor”, “más me pegas, mas te quiero”, y hay gente que defiende esa acción y se pone del lado de su agresor. Claros ejemplos se observa: la mujer que cercenó el miembro a su marido, la mujer que se apareció con la cara cortada para presentar una denuncia en contra del conviviente y al día siguiente la retiró. Ante esto, nos preguntamos si vivimos en un mundo de locos y no es así, es un mundo de relaciones sadomasoquistas y de dependencia de, pues si acá (en Lima) es el 80%, en provincia sería un 160% porque en la sierra o selva el machismo es altísimo, solo que queda entre ellos.

 Estadísticamente la mujer es la más propensa al maltrato, ¿el hombre también se ve afectado?


Sí, pero a diferencia, la agresión es más sicológica, ya que depende emocionalmente de la mujer, es decir, es tanto su amor por la mujer que haría cualquier cosa por ella. Por tanto, la mujer asume un rol dominante sobre él. “No estoy contigo, si no me compras esto, aquello”,  y viene el chantaje que sería una característica principal que mucho se maneja. Hay casos como este, pero es un porcentaje bastante mínimo.

 ¿Cree Ud. que el gobierno hace algo para solucionar el problema en la sociedad?  


Todos los gobiernos han tenido la intención, pero, realmente, si queremos hacer algo no debemos apuntar a leyes, sino a una reforma en la educación. Es ahí cuando veremos resultados en 10 o 20 años en la sociedad, si en el aspecto educativo son tomados en cuenta estos temas: seguridad ciudadana y el “bullying”, que está de moda en colegios. Hay que empezar con la educación a nivel de inicial, primaria, secundaria… sino las leyes que seguiremos dando no van a funcionar.

 Osea ¿el Estado debe entrar en el tema desde la educación temprana del niño?


Claro. Para que sea mejor persona tiene que darle modelos para formarlo como un buen ser humano. Por ejemplo: en los colegios de inicial se pinta como una especie de pista y se les enseña a los niños a cruzar por la vía peatonal y eso está muy bien. No vamos a cambiar de un día para otro, pero desde niños sí, entonces en ese aspecto así como trabajamos el tránsito debemos trabajar el respeto a la mujer, no agredirse en público, etc. Las penas, como siempre, son un saludo a la bandera. Somos un país en el cual no se suman las condenas. Por ejemplo, si tienes cuatro delitos con diferentes años, los años que deberías cumplir no los cumples, solo pagas la condena mayor y a esta condena se le aplica el dos por uno; por consiguiente, la gente se queda por unos años y es una historia de nunca acabar. Entonces, nuestro sistema legal desde ya, está mal.

 ¿Qué acciones debe seguir una víctima de violencia?


    El primer acto sería la denuncia, comprometerse como mujer a asumir su responsabilidad, su derecho como persona; porque lo que se tiene que reforzar en ella es la autoestima. La que es dependiente y totalmente insegura, en ese momento, piensa: “¿Qué voy a hacer si se me va el esposo?, ¿quién me dará de comer?”. Ella tiene dos brazos y piernas. El que quiere salir… sale; pero hay que reforzar los aspectos de su autoestima; es una función sicológica para que se valore y asuma su responsabilidad, pero el primer ejemplo que tiene que dar es el denunciarlo, pues si no lo hace ella misma es quien se engaña, no asume su rol de querer cambiar. “Que es complicado, que no me reciben, etc.”, son sus justificaciones  etc. Sea lo que sea, lo que tomo en cuenta es la acción de hacerlo. Si no te aceptaron en la comisaría están las ONG.

 ¿Podría contarnos algún caso que haya tenido?


Tuve un caso de una chica de 30 años que, después de 10, me comenta que había tenido una violación por parte de un profesional de la salud. El título de profesional no quita la enfermedad mental. Ella tenía 20 años, estudiaba técnicas de enfermería. Este le pidió que la ayudara como secretaria a veces, pues se quedaba con él y él se aprovechó de ella. Nunca lo denunció, sin embargo, siempre vivía con el sentimiento de culpa y al pasar tanto tiempo no lo podía denunciar por normas legales. Existen ONGs como Flora Tristán, que ayudan a orientar estos problemas de violencia.

 ¿Entonces, lo primero que debería demostrar una paciente es una acción que demuestre que está dispuesta a cambiar?


Exacto, pues es el compromiso que me demuestra que quiere cambiar. Con esa acción se compromete conmigo para ayudarla en que continúe a poder mejorar su autoestima y tomar acciones en su vida como buscar trabajo o prepararse para una separación. En fin, tiene que hacer algo, sino no avanzamos. Es el compromiso de parte de ella; ahí sí se puede hacer algo. La gente suele decir: “pobrecita, que llore un poco”, no se va a ayudar en nada porque si hubo una agresión, se producirá otra. Qué esperamos entonces si le mete un golpe, de ahí otro y después un corte. Eso ya sería masoquismo. Como dicen: “Ay no, ya le aguanté” y seguirá así. Lamentablemente, las ONG poco pueden ayudar porque no tiene  la capacidad para hacerlo. Bueno fuera que a una mujer violentada, que acuda a estas, inmediatamente se les brinde alojamiento, alimentación y trabajo; las cosas serían más fáciles; pero no vivimos en un país así. Lamentablemente, el Estado no tiene los recursos económicos. Entonces más fácil es mandar una ley y listo. Esperemos los resultados de acá a diez años y ojalá que las cosas hayan cambiado.

 ¿A qué sectores de la sociedad son los que más afecta?


No es de clase sociales fundamentalmente el problema. En la clase alta es más camuflado y más disfrazado, por condiciones propias culturales y educativas del grupo social; pero no es que no exista. En las clases bajas, por la naturaleza pública, es más evidente; pero existe, en todos los sectores que conocemos, profesionales de alto nivel que viven este tipo de relación. Se ven casos en que ambos mantienen esta relación “enfermiza” por el que dirán, tienen que manejar el comentario social dentro del entorno familiar en el cual se desarrollan. Más evidente es en el estatus bajo, pues somos una sociedad hipócrita; es como decir que hay mas homosexuales de clase baja que de clase alta. Se da tanto en las clases bajas como en las clases altas y medias, pero se intenta disfrazar la situación mayormente en las clases altas. Ahora, lo real es que somos una sociedad en la cual es muy difícil que una violencia familiar sea tan pública en la clase A como la que se vive en los Barracones Ustedes son parte de ese poder, el famoso cuarto poder que lo muestra, pero también lo oculta.

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